El estadio Marcantonio Bentegodi de Verona es una buena muestra de los estadios italianos de las ultimas décadas. El estadio es sede de los dos equipos principales de la ciudad, el Hellas Verona, el equipo de la ciudad de toda la vida, últimamente en horas bajas y el Chievo Verona, un equipo hasta hace años de barrio, que últimamente está ensombreciendo al equipo de la ciudad de toda la vida.
Con capacidad para 42.000 espectadores, inaugurado en 1963, se trata de una notable infraestructura, con tres anillos de gradas y una cubierta que cubre todos los graderíos.
Como sucede a menudo en Italia, su mayor problema es la pista de atletismo, a lo que hay que añadir unos graderíos circulares que alejan aún más los graderíos del césped en la zona lateral.
La distribución de los graderíos también es bastante peculiar, con dos anillos inferiores realmente pequeños, desde los que la visión del fútbol debe ser realmente mala, lo que hace que apenas se usen, sin embargo estos dos anillos inferiores provocan una mayor altura en el tercer anillo, el más grande, haciendo que mejore la visión desde éste, que es el que finalmente es utilizado de forma habitual por los aficionados.
Por lo tanto, en términos prácticos, de forma parecida a la que sucedía en el San Paolo de Napoles, solo se utiliza normalmente el anillo superior.
Un estadio clásico del fútbol italiano, y gran exponente de los males del legado dejado por la época del Mundial de Italia 90, estadios con mala visibilidad y aforos sobredimensionados (14.000 personas de media acuden a ver al Hellas Verona y 10.000 al Chievo aproximadamente) que dan lugar al aspecto pobre que se suele observar en muchos de los partidos del Calcio. Al menos gracias a esos dos anillos casi inutilizados, que elevan mas los graderíos que se terminan usando, los espectadores que suele acudir a este estadio gozan de una mejor visión que desde un campo con pista de atletismo «normal».
Gran problema el de los estadios de atletismo, …de hecho pareciera como si los tunearan para que se pudiera ver fútbol (reconociendo implícitamente el despropósito) , la táctica de los anillos que comentas (aquí pasa en Chapín), la táctica de empezar la grada con un muro (Las Palmas, Mallorca), o la más lógica de hacer grandes gradas laterales (Anoeta, que además tiene el acierto de integrar todas las estrategias en un único diseño general, poco público en los fondos y con pequeños voladizos). En la liga española, con 3 o 4 estadios de atletismo, no hay problema, porque lo de Italia y sus estadios es terrorífico.