El Mundial de Brasil cada vez está más cerca. Es por ello que hoy damos un repaso a otro de los estadios más emblemáticos del torneo. Le toca el turno al Estadio de Belo Horizonte, que será sede de una de las semifinales de la competición.
El Estado Mineirao es la sede del Cruzeiro y del Atlético Mineiro, los dos clubs de la ciudad de Belo Horizonte. El complejo fue inaugurado en el año 1965, llegando a tener en su día una capacidad para 130.000 personas. El estadio gozaba de muchas similitudes con el Maracaná de la época, con marcado estilo brasileño caracterizado por unas gradas alejadas del terreno de juego y gradas bastante horizontales, sobre todo en el anillo inferior.
Este era el aspecto del Estadio antes de iniciar la reforma:
Este
Sin embargo para la cita mundialista se le ha realizado un lavado de cara completo. Curiosamente la reforma realizada también ha sido muy similar de nuevo a la realizada a la que vimos que se realizó en Maracaná, rehaciendo por completo el anillo inferior y realizando un profundo lavado de cara al resto del estadio. Una vez finalizada el aforo se ha visto reducido a los 62.000 espectadores.
En estas imágenes se pude ver cómo el graderío inferior era totalmente demolido:
Como se puede ver en esta comparativa del antes y el después se ha aprovechado también para acercar las gradas al campo. Algo que sin duda se agradece, aunque el estadio, como es lógico dado que no se ha modificado la altura de la cubierta, para mi gusto sigue pecando, como la mayoría de los estadios brasileños, de unas gradas demasiado horizontales y alejadas del terreno de juego.
El aspecto exterior, realmente no es que haya mejorado demasiado, con una presencia importante del hormigón, no excesivamente cuidada en comparación con lo que se viene realizando en otros estadios modernos:
Sin embargo el interior como se puede observar sí que ha recibido un lavado de cara total y estadio tiene un aspecto a la altura del evento:
En este caso me da la impresión de que han excavado algo el césped y por eso se han podido acercar otro poco las gradas.